Confederación General Económica pone en conocimiento algunos comentarios que nos ha merecido la lectura de la Circular 1572012 remitida a las entidades empresarias por Osvaldo Cornide, como presidente de la CAME.
“CAME ni sus entidades adheridas tiene vinculación ni desean tenerla con la denominada Confederación General Económica (CGE)” e instruye a que “deben abstenerse de participar en actividades” con la misma.
No resulta sorprendente, en primer lugar, que este dirigente practique un desembozado autoritarismo, por otra parte trasnochado, intolerante y fuera de época en estos años de plena vida democrática del país y de absoluto ejercicio de la libertad de opinar que le asiste a todos los ciudadanos.
Esta actitud del señor Cornide se corresponde con su recordado pasado golpista desde CAME como activo promotor, primero, del grupo de entidades empresarias que desestabilizaron al Gobierno constitucional en 1975 mediante locks-out patronales, apagones y cierre de comercios, facilitando así la toma del poder por la siniestra Junta Militar el 24 de marzo de 1976. Y segundo, como un público prosélito de la dictadura y del modelo económico de Martínez de Hoz.
Basta mencionar la solicitada publicada en La Prensa el 25 de marzo de 1975 al cumplirse el primer aniversario del terror institucionalizado en Argentina, firmada por Osvaldo Cornide, en la que expresa…”Al cumplirse el primer aniversario de la ocupación del gobierno por las Fuerzas Armadas, acontecimiento que concluyó con un régimen que a ustedes y por su intermedio a vuestras instituciones nuestro agradecimiento y el de nuestra entidades por la patriótica decisión tomada.” Y en otro párrafo afirma: “debemos destacar los importantes logros del Gobierno Militar en el plano de la acción antisubversiva y el restablecimiento de la moral pública”.
Esta nueva demostración de autoritarismo y de indiscutido accionar antidemocrático de Osvaldo Cornide de hoy, revela su total desconsideración por el inalienable derecho que le asiste a toda entidad gremial empresaria, con absoluta libertad, de afiliarse y vincularse con cualquier otra organización empresaria.
Y si no se explica por esta razón, ¿qué otra cabe para ejercer la presión que en este caso puntual hace a las entidades asociadas y en vinculación? ¿Qué otra cabe para así condicionar e inhibir la decisión autónoma de una entidad?
Creemos, por otra parte, que estas reprochables actitudes del señor Cornide, contrastan fuertemente con la propuesta de permanente participación de todos los sectores intermedios de la sociedad civil, y en este caso de los representativos de la pequeña y mediana empresa, que el Gobierno Nacional propicia para contribuir a la profundización del modelo de crecimiento con inclusión.